1978, San Francisco. Los Sex Pistols ofrecen su último concierto; Johnny Rotten antes de terminar lanzó el micrófono al público y dijo en tono provocativo la siguiente pregunta: ¿Nunca os habéis sentido estafados?
Los Sex Pistols escenificaron una actitud inconformista que rugía en determinados espectros de la sociedad frente al sistema económico y cultural, un sentir que los artistas contemporáneos supieron adoptar: la irreverencia Punk en sus creaciones. La exposición del MACBA rastrea el legado del Punk en el arte. “No es una exposición sobre los Punk” aclara su comisario, David G Torres.
En el gran atrium blanco, nos encontramos con el coche del artista Jordi Colomer de 2006 con una de las frases emblemáticas de los Punk, No future. Con ese grito de rebeldía cantado por los Sex Pistols terminaba la exposición que el Metropolitan de Nueva York ofreció en su sede en el 2013 donde ahí no faltaron las chupas de cuero. Davis G Torres en el MACBA se centra en el mensaje de los Punk en las obras de arte, en esos valores inconformistas, rebeldes que han usado artistas contemporáneos como válvulas de oxígenos a sus creaciones artísticas con carácter reivindicativo.
En el segundo piso, sigue la senda de la exposición con la obra, Terremoto, de Teresa Recasens, hecha de tablones de madera y vajillas, vasos y jarrones a los costados que tambalean al paso del visitante.
Conmueve la alfombra armada de 20.000 casquillos de balas encontrados por el artista Detext, para denunciar el uso de las armas en la ciudad de Guatemala. Míticos son los vídeos de Mike Kelley y Paul Mc Carthy, el cartel de Jamie Reid de 1976 ilustra God save the Queen, título de uno de los temas de los Sex Pistols, o la imagen transfigurada de Britney Spears por Pepo Salazar, uno de los artistas más jóvenes de la muestra.
La ya clásica imagen de Tracey Emin con su obra I’ve got it all (lo tengo todo) sentada abierta de piernas con montones de monedas entre sus muslos expuesta en el museo forma parte del imaginario relacionado al movimiento, o las portadas de Raymond Pettibon.
Resulta curioso encontrarse un cuadro de un joven Jean-Michel Basquiat, pintor de grafitis en sus inicios, hoy uno de los artistas más cotizados en las subastas internacionales, y la obra instrumental de Marcel.lí Antúnez, con un ruido casi ensordecedor al cierre del recorrido, quizás por aquello que el punk sigue haciendo ruido 40 años después. Su huella desde luego sigue viva aunque aclamaran su no future.
Museo universitario del Chopo, México
Calle Dr. Enrique Gonzalez Martinez 10, Sta María la Ribera, Ciudad de México
Octubre de 2016 hasta el 26 de marzo de 2017