El museo Quai Brandly muestra una selección de obras de la colección de arte africano de esta mujer pionera en la cosmética y coleccionista de arte.
Nacida en la ciudad de Cracovia en 1872, Rubistein se mostró apasionada a su llegada a París por la frenética actividad artística de las vanguardias. Pero su atracción por el arte no se quedó en coleccionar Matisse, Picasso, Dalí o Chagall, sino que aconsejada por el escultor Jacob Epstein, se lanzó a adquirir piezas africanas, obras por las que los mismos artistas se sentían cautivados. Helena Rubistein como mujer moderna, independiente, con un gusto casi instintivo por la belleza comienza a visitar salas de ventas en el Paris de 1908. Rubistein comentó ” Me interesan todas las formas de belleza” toda una declaración de intenciones.
Comienza a adquirir obras procedentes de Nigeria, del Congo y Camerún. Máscaras, siluetas, terracotas, instrumentos musicales comienzan a formar parte de la decoración de su casa parisina de Quai de Béthune y su apartamento de Nueva York. En los años 1920 aumenta su colección con terracotas de la Costa de Marfil, de Burkina y máscaras.
En 1934 un joven fotógrafo Man Ray se hizo con la amistad de “ Madame” , tal como todo el mundo la llamaba, para que le dejara una estatua de Bangwa , pieza que fotografió junto al maniquí Fidelin.
En los años 1930 emprende un viaje a América del sur y se inicia en el arte latinoamericano.
Después de 1964, justo después de su muerte sus piezas salieron a la venta en salas de subastas de Nueva York donde alcanzaron grandes cifras, ya que era conocido su ojo por hacerse con obras de calidad, muchas de ellas iconos y referencia del arte africano.